
Manifestantes de la Diaspora kurda y un cartel pide justicia para los pueblos kurdo y armenio / Foto: Elisenda Panadés
PARÍS / Elisenda Panadés
Exigen la implicación de Francia en la resolución de un asesinato del que acusan a Turquía.
Un año después del asesinato de tres mujeres activistas kurdas en París, la capital francesa ha sido el escenario de una multitudinaria manifestación protagonizada por kurdos llegados de toda Europa (donde residen unos dos millones) con el fin de exigir verdad y justicia al que consideran un atentado contra la militancia kurda, y en especial el protagonismo de la mujer, y contra unas esperanzadoras negociaciones de acababan de empezar en enero de 2013 entre la guerrilla del PKK y el Gobierno de Ankara, y que ahora parecen estar en punto muerto.
30.000 personas, según los organizadores (13.000 según la policía), han reclamado en París una implicación clara del Estado francés con el proceso de paz en el Kurdistán y en la resolución del que consideran un crimen político orquestado por Turquía, a pocos días de la visita a ese país del Presidente francés, François Hollande. Y es que el activismo kurdo en Europa (el cual no sufría atentados desde hacía veinte años, luego de que los servicios secretos iraníes terminaran con la cúpula de un partido kurdo en el exilio) teme que la estrecha colaboración entre Francia y Turquía (con un acuerdo de cooperación policial aprobado en tiempos de Sarkozy) lleve a la no resolución de este triple crimen, a pesar de la inmediata detención del supuesto asesino no confeso, el ciudadano turco Ömer Güney. Militante de organizaciones turca de ultra-derecha en Alemania, Güney se habría infiltrado en el movimiento kurdo en Francia. Varios viajes a Turquía antes del crimen, numerosas llamadas a un solo número turco no identificado y otros indicios hechos públicos recientemente darían peso a la hipótesis de un agente turco infiltrado, como sugiere el abogado de las familias de las víctimas. Un año después, la justicia francesa no ha reclamado la cooperación judicial de Turquía, y las familias de las mujeres asesinadas aún no han sido recibidas por las autoridades francesas.
El 9 de enero de 2013 fueron ejecutadas en el Centro de Información Kurdo (CIK) de París: Sakine Cansiz (54 años) una de las fundadoras y dirigentes históricas del PKK, exiliada en Europa después de años de prisión en Turquía; y dos jóvenes activistas, hijas del exilio kurdo en Europa: Fidan Dogan (32 años), crecida en Francia, directora del CIK y conocida en el entorno político francés, y Leyla Söylemez (25 años), crecida en Alemania y militante de las juventudes kurdas. Tres mujeres asesinadas a disparos en pleno corazón de París.