Por Ricardo G.Ibrahim*
«Diyarbakir: Estampas de una ciudad que destaca por su recuperación de su memoria histórica y la proyección de un modelo democrático de entender las relaciones interétnicas».
Diyarbakir es la ciudad más importante del sudeste de Turquía, con sus casi 600.000 habitantes. Es la ciudad de mayor concentración kurda de este país. Situada a 80 Km al noroeste de Mardin, desde 1845 hasta la década de 1920, Diyarbakir era la capital de la región, un Vilayeto, que incorporaba a Mardin, como unidad administrativa menor (Sandjak). La ciudad de Diyarbakir está intentando ser reconocida como patrimonio de la humanidad por tener las segundas murallas más largas y mejor conservadas, después de la muralla china, y que destacan también por su característico color negro, que es el color de la piedra local, que impacta en las construcciones de la ciudad.
Diyarbakir está también en la Mesopotamia. Antiguamente se llamaba Amida y fue fundada por un pueblo antiguo, llamado hurrita, que fundan el reino de Mitani en el 1500 ac. Continúa con la dominación de las civilizaciones urartea (900 ac), que serían los que luego darían origen al pueblo armenio, según una parte de la historiografía armenia –otros se inclinan por situar el origen de los armenios en el la rama de otro pueblo antiguo, los frigios, que conquistaron posteriormente Mitani.

Ricardo Ibrahim: «Las ciudades amuralladas tienen distintas puertas, que ayudan a ubicarse y dan nombre a los barrios, y tienen el nombre de la dirección a una ciudad próxima. Esta es una de ellas, La puerta de Mardin (Mardin Kapi), en el sur d la ciudad. Todavía están las enormes puertas medievales con las que se abría y cerraba el acceso»
Los asirios estuvieron aquí también entre 1356-a 612 ac, luego los persas, Alejandro Magno y los griegos seleucidas, los romanos, y los árabes, que le darían el nombre de Diyar Bakr (reino de Bakr) en el 639 dc, porque la conquistó la tribu de los Beni Bakr. Luego la ciudad estuvo más de un siglo bajo un gobierno turcomano, luego estuvo en manos de la dinastía persa safávida, y finalmente fue otomana desde 1515. Contó desde siempre con una población multicultural, destacando importantes núcleos armenios y asirios. Al ser capital regional es rica en personajes históricos e intelectuales, y en el siglo XIX se editaban periódicos en distintas lenguas regionales.
También, al ser capital regional, las ordenes de las más brutales matanzas de los armenios y asirios de toda la región sudeste de Turquía, provinieron y se ejecutaron desde aquí. Ya en Junio de 1895 se habían producido en la zona ataques kurdos a aldeas, ordenadas según documentos, por el gobierno central, para atacar a todos los cristianos. Se recuerdan como “masacres de Diyarbakir”. El balance: 119 aldeas saqueadas y quemadas. 30.000 cristianos muertos o desaparecidos. En el caso de Mardin, en las matanzas no participó la población local, incluso el gobernador fue destituido por no cumplir las órdenes llegadas de Diyarbakir, por lo que mientras en abril comenzó el genocidio armenio y asirio en Diyarbakir y Anatolia, en Mardin comenzó en Junio de 1915 y para cumplir esas órdenes tuvieron que enviar mercenarios de las temibles brigadas kurdas hamidíes, desde Diyarbakir y otras regiones a Mardin, aunque también participaron en estas matanzas circasianos, y algunos árabes llamados “ansaríes”, traídos desde Trípoli (Actual Líbano).

Ricardo G Ibrahim: «La iglesia armenia San Gregorio ha sido totalmente restaurada por el ayuntamiento de Diyarbakir y entregada a la comunidad armenia en un acto muy emotivo, a la comunidad armenia local, muchos de los cuales sobrevivieron al genocidio convirtiéndose al islam, pero manteniendo su fe e identidad ocultas por décadas frente a un entorno muy hostil».
Hoy, Diyarbakir es una ciudad gobernada por un alcalde ejemplar, kurdo y de izquierda, llamado Osman Baydemir, que estuvo preso en numerosas ocasiones, además de por reivindicar derechos culturales para los kurdos, por hablar y pedir reconocimiento y reparaciones por el genocidio de 1915. Un personaje extraordinario que restauró la catedral armenia, y se la devolvió a la comunidad armenia, aunque sólo vivan ahora en Diyarbakir 15 armenios. Es un centro con imágenes y algo de información sobre la comunidad armenia en todo el vilayeto.

Diyarbakir, ciudad emblemática del nacionalismo kurdo. Camiseta del equipo de fútbol Diyarbakirspor y otra con la bandera kurda / R G.I
Pero además, este alcalde ha puesto nombres de calles de escritores armenios, intelectuales asirios y kurdos, ha publicado folletos turísticos y planos en lengua kurda, siríaca, armenia y árabe!!!!!! Que se dan en los hoteles. Y ha promovido el reconocimiento de la cultura kurda, entre otras cosas haciendo de su ciudad sede del festival de Nouruz (año nuevo kurdo/persa). Ojalá el ejemplo de este alcalde estuviera cada vez más generalizado en todas partes. Confío en que se llegará a eso. Realmente la diversidad de pueblos y culturas que viven en Turquía es enorme, y en la medida en que se consolide la democracia, se democratizará también la cultura y el Estado se parecerá cada vez más a la realidad multiétnica y plural del país.
* Ricardo G. Ibarahim es investigador argentino de origen asirio de Mardin, actualmente realiza su tesis doctoral de antropología social en la UCM sobre inmigración de asirios y armenios de Mardin a Argentina.
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