EUROPA PRESS – El Partido Republicano del Pueblo (CHP, según sus siglas en turco), ha desafiado al Gobierno turco a iniciar un debate abierto sobre las atrocidades contra la comunidad aleví del país, poco después de que el viceprimer ministro, Bulent Arinç, haya reseñado que los tribunales especiales fueron responsables de muchas masacres durante el comiendo del periodo republicano.
Los comentarios llegan en medio de un creciente y crispado debate entre el Ejecutivo y el CHP por la operación militar que tuvo lugar entre el verano de 1937 y la primavera de 1938 en Dersim –actualmente conocida como Tunceli– y provocó la muerte de decenas de miles de kurdos alevíes y el exilio forzado de miles más.
El miércoles, el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, pidió disculpas «en nombre del Estado» por esta masacre, pero matizó que «si alguien tiene que pedir disculpas y enfrentarse a esta tragedia no es el (Partido Justicia y Desarrollo) AKP ni el Gobierno del AKP, si no el CHP, responsable de este episodio sangriento, así como los diputados del CHP y el presidente del CHP, (Kemal Kiliçdaroglu), quien proviene de Tunceli».
En este sentido, Erdogan subrayó que miembros del CHP, que gobernaba el país bajo un régimen de partido único por aquel entonces, fueron los responsables de la operación militar en la región y que son ellos los que deben pedir perdón.
Este viernes, la diputada del CHP Sabahat Akkiraz ha puesto en duda la sinceridad de la disculpa de Erdogan y ha citado múltiples atrocidades contra kurdos alevíes en otros momentos de la historia turca. Así, ha recordado el asesinato de 111 personas, en su mayoría alevíes, por militantes derechistas respaldados por el Estado en la provincia de Kahranmaras (sur) en 1978 y la muerte de 35 intelectuales en 1993 en la masacre de Sivas a manos de un grupo islamista durante un festival cultural aleví.
«Los alevíes siguen siendo objeto de discriminación a nivel estatal», ha dicho Akkiraz, que ha agregado que sus festividades religiosas son ignoradas de manera rutinaria.
«¿Cuántos alevíes han sido ascendidos a subsecretarios, gobernadores o directores? Has expulsado a esta gente del Gobierno», ha espetado Akkiraz a Erdogan, al que ha tildado de «Yavuz Sultan Selim moderno», en referencia al sultán otomano que encabezó brutales masacres a gran escala contra la comunidad aleví en el siglo XVI.
«Los municipios gastan millones para acoger eventos durante Ramadán. Cuando comience el ayuno de Muharram (de los alevíes), ya veremos lo que harán los municipios», ha añadido, según recoge el diario turco ‘Hurriyet’.
ATAQUE A LAS BASES HISTÓRICAS
La masacre de Dersim fue uno de los puntos claves del proceso de ‘turquificación’ llevado a cabo por el fundador de la república turca, Mustafá Kemal Ataturk, y que implicó el reasentamiento de grandes cantidades de población en base a la Ley de Reasentamiento, promulgada en 1934.
Dersim era la única provincia turca con mayoría aleví –seguidores de una rama del Islam chií, con algunas influencias preislámicas y con mayoría en Turquía, aunque con presencia en Siria y algunas ex repúblicas balcánicas– y, por tanto, clave en el proceso de unificación territorial, cultural y lingüística del país.
Este mismo viernes, miembros del Gobierno han seguido criticando las prácticas del Estado en los primeros años de la república, en los que Atatürk gobernó el país con mano de hierro hacia la unificación gracias al respaldo conseguido tras levantarse en armas contra la ocupación extranjera del territorio tras la derrota del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial y conseguir la proclamación de la República de Turquía.
Arinç ha recalcado que las atrocidades fueron también cometidas por los Tribunales de Independencia, figura jurídica controvertida y controlada por el CHP, que, hasta 1927, juzgó a todos aquellos acusados de colaborar con los poderes extranjeros durante la Guerra de Liberación (o Guerra de Independencia) y a los que se levantaron contra la voluntad de Atatürk de occidentalizar el país.
«Sabemos lo que ocurrió en los Tribunales de Independencia. Sabemos que personas, incluso niños, fueron brutalmente ejecutados sin siquiera ser interrogados», ha dicho Arinç. Por último, ha señalado que la publicación de los archivos de estos tribunales en un futuro «mostrará cuántas tragedias como la de Dersim tuvieron lugar».
En este sentido, el ‘premier’ señaló el miércoles que los asesinatos en Dersim mostraron «la mentalidad de opresión del CHP» y dijo que fueron planeados por adelantado «con todos los pretextos a medida», contradiciendo así la historia oficial, que señala que fue una revuelta la causante de la represión militar.
En respuesta, el vicepresidente del CHP, Gürsel Tekin, acusó a Erdogan de «poner dinamita en los pilares de la unidad de la nación con esta declaraciones, retórica y lenguaje».
VÍNCULOS CON EL GENOCIDIO ARMENIO
En sus declaraciones del miércoles, Erdogan puso énfasis en criticar la postura del CHP a la hora de vincular estas masacres con el genocidio armenio –pues en práctica a través de la deportación forzosa y masacre de entre un millón y medio y dos millones de personas, durante el Gobierno de los Jóvenes Turcos entre 1915 y 1917, durante la Primera Guerra Mundial–, tras lo que agregó que «pondrá en su sitio» a cualquiera que se atreva a hacer semejante comparación.
Por ello, Erdogan manifestó que la masacre de Dersim fue premeditada, algo que la diferenciaría del genocidio armenio, que Turquía no reconoce como tal. Turquía no niega que las masacres de civiles armenios ocurrieran, pero no admite que se tratase de un genocidio, y arguye que las muertes no fueron resultado de un plan de exterminio masivo dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, es generalmente reconocido como el primer genocidio sistemático de la Edad Moderna y es el segundo caso más estudiado, por detrás del Holocausto judío. Entre los países que han reconocido las masacres como un genocidio se encuentran Argentina, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Rusia y Uruguay, postura a la que también se han adherido el Parlamento Europeo y la subcomisión de Naciones Unidas para la Prevención contra la Discriminación y la Protección de las Minorías.
En la actualidad, el reconocimiento y la presentación de disculpas por el genocidio armenio es una de las principales exigencias de la UE para tramitar la entrada de Turquía en la organización, motivo por el que es un asunto muy delicado a nivel político y geoestratégico que Erdogan no quiere azuzar.
Ankara inició las conversaciones de adhesión con Bruselas en 2005, pero los progresos han estado rodeados de tensiones entre Turquía y Chipre, ya miembro de la UE, y ha contado con la oposición de Francia y Alemania.
Sobre las negociaciones, el presidente de Turquía, Abdulá Gül, indicó el miércoles que los retrasos en las mismas empiezan a ser «insultantes» y advirtió de que el apoyo a esta entrada entre la población turca podría desaparecer.
Tanto París como Berlín han defendido que se conceda a Turquía un estatuto de asociación privilegiada. Por contra, Londres se ha posicionado claramente a favor del ingreso de Ankara en la UE.
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