«Somos kurdas; somos jardín de rosas» (Teaser)

Alejandro Haddad

Luego de la primera guerra mundial, el territorio kurdo quedó atrapado en cuatro países: Siria, Irak, Irán y Turquía; convirtiendo a sus 40 millones de habitantes en extranjeros entre sí.

Alejandro Haddad – A excepción de Irak, en donde hoy gozan de autonomía, los derechos colectivos del pueblo kurdo son vulnerados.

Así es como han surgido organizaciones sociales que se esfuerzan por mantener viva su historia, su lengua y su cultura en un territorio que pisan hace miles de años. Dentro de estas organizaciones se destacan siempre ellas, que bregan por ser mujeres y ser kurdas.

Miles viven exiliadas en Europa, siendo Alemania la receptora de la mayoría, donde hay cerca de un millón de kurdos y kurdas.

Solapadas por la presencia pública de los hombres y una visión prejuiciosa, las mujeres kurdas van ganando visibilidad.

¿Cómo viven, cómo se organizan, cómo se dan a conocer en un mundo que parece ignorarlas?

Alejandro Haddad: Escritor y documentalista. He publicado los libros de poemas «Ellas haciendo los días» (2005) «Ellas surcando los tiempos» (2008) y «Gule Gulistan» (2011). He realizado tres trabajos audiovisuales: «La queja de los cadáveres» (2008); «Av! Su! Mai!» (2009) y «Cecilio Kamenetzky» (2010). Actualmente preparo el documental «Somos Kurdas Somos Jardín de Rosas»

Fuente: http://somoskurdas.blogspot.com/

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3 respuestas a «Somos kurdas; somos jardín de rosas» (Teaser)

  1. Jemima dijo:

    Exelente , me encanto el documental , soy paraguaya y admiro mucho a las mujeres Kurdas que son unas incansables luchadoras . Felicidades Alejandro Haddad

  2. Cem Ak dijo:

    Yo, como kurdo del norte de Kurdistán, le felicito por representar al pueblo kurdo.

  3. alex dijo:

    Quizás las mujeres kurdas hicieran mejor en levantar su voz contra los crímenes de honor y la opresión de la mujer kurda dentro de su propia comunidad patriarcal aún arraigada a costumbres casi medioevales con una estructura social arcaica basada en clanes, pues mueren muchas mujeres y niñas kurdas en manos de su propia comunidad que en manos del estado opresor. No resuelven este problema matando a otros sino alzando su voz contra sus propias costumbres arcaicas. Utilizarlas como guerrlilleras suicidas no es más que otra forma de explotarlas y reprimirlas dentro de esa guerrilla hipócrita que se ceba en su propia gente.

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