En Damasco
no pueden permitirse los amigos
morir
ni traicionar
ni ir al destierro
no le consienten a la calle
prescindir de transeúntes
ni al sol
dejar cada amanecer de despertarse
no pueden las prisiones mudarse de lugar
pues es nuestra costumbre visitarlas
y en tristeza derramarnos tras sus muros
cerrarán mis compañeros sus moradas
no está al alcance del que vende
dejar de vender en día de fiesta
a romper
no están autorizados los amantes
en Damasco
no se atreve un avión a alzar el vuelo
con gentes del país
si antes no aterrizó otro avión de ellas cargado
y no cabe pensar que un accidente
cause muertos
por encima de la cifra de los nacidos ese día
mis hermanos no tienen el derecho de alejarse
si antes no me he hermanado yo con otro ser humano
tampoco se consiente que las cuerdas
libres ya de la ropa de bebé que en ellas fue tendida
se salven del gorjeo de los pájaros
no dejan a mi madre trasladarse
si en madre convertida aún no me ha visto
en Damasco
la gente al crecer
se hace más bella
y eso es otro invento para lograr que resistamos.