Riesgos y esperanzas de la crisis siria

Cuarto Poder/ Manuel Martorell – Tras varios e infructuosos intentos durante el mes de febrero para que la  Revolución del Jazmín prendiera en Damasco, ahora le ha llegado el turno a Siria. Entonces se interpretó que el fracaso era debido, en primer lugar, al temor generalizado a los servicios secretos y a que se repitieran los sucesos de Hama, donde la brutal represión contra los Hermanos Musulmanes el año 1982 dejó una huella indeleble en la conciencia colectiva de la población siria.

En segundo lugar, se  cree que la mecha no terminó de prender por los recelos entre las principales fuerzas de la oposición: los partidos kurdos, por un lado, y las organizaciones islamistas por otro. Los primeros, que han llevado el peso de las protestas populares durante los últimos años, no solamente se quejan de que los árabes integristas les han dejado solos, especialmente durante los graves disturbios del 2004, sino que tampoco se fían de esa ideología, nada partidaria de los nacionalismos.

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