Philippos Tsitos, el director de ‘Plato´s Academy’, sutilísima mosca griega cojonera sobre lo raro que se siente uno cuando tiene un estanco en el que nunca entra nadie (excepto los comerciantes chinos que quieren comprártelo) justo en el mismo barrio ateniense donde Platón fundó su Academia, hablaba de Angela Merkel, de Berlín, de que los alemanes puede, tal vez, quizás, ayuden a Grecia pero será, ninguna duda sobre ello, para que con los euros prestados, los helenos compren…¡productos germanos! Philippos liaba un cigarrillo al sol de la sobremesa del sábado y se maravillaba, como todos, de que en esta ciudad a sus invitados se les propone al menos una vez cada tres horas ir a comer algo. Philippos contaba también que había sido propuesto para participar en un lindo festival que iba a suceder en una pequeña isla hélenica. La primera intención había sido celebrarlo en junio. Hasta que los organizadores cayeron en la cuenta de que en el mes sexto hay Mundial de Fútbol en Suráfrica. Como es contundentemente lógico, el certamen ha trasladado sus fechas a julio.
El Festival de Cine y Derechos Humanos provoca extraños y muy jugosos encuentros en la tercera fase. Así, Philippos acabó (o empezó) tomando grappa con el traductor turco del actor kurdo Hakan Kasark. El intérprete no era otro que el artista Sükru Karakus, afincado desde hace mucho en Tolosa. En tiempos pasados, él vertía al castellano las palabras de aquella extraña criatura que por una temporada vistió la camiseta blanquiazul: Nihati. Sükru pertenece a una minoría étnico religiosa, los alevíes, rama del Islam chií con influencias preislámicas. Sükru confesó que su patria cambia con tales acelerones que cada vez que vuelve a ella le sorprende. Mientras, otro kurdo pero éste llegado de Siria vía Ciudad Real donde se asentó como refugiado político camino ahora hacia Berlín, Zinar Ala, entonaba ante la emoción del público la canción que se escucha, a medias por prohibida, en ‘Min Dît’ la película que ganó el Premio de la Juventud en el Zinemaldia. Cosas que pasan cuando un griego un turco y dos kurdos se juntan al sol en Donostia.
* Artículo publicado el pasado 26 de abril por BEGOÑA DEL TESO en El Diario Vasco