Turquía, violador sistemático de los derechos humanos

RICARDO SÁNCHEZ-SERRA (*)

Con gran pompa Perú y Turquía han dado un paso para mejorar sus relaciones diplomáticas y comerciales, abriendo embajadas en Lima y Ankara. Dado el peso del Perú en la región, con una economía estable y ejemplar –de las mejores del continente- y con la necesidad de buscar nuevos mercados y, por otra parte, Turquía, potencia económica emergente y urgida en mejorar su imagen en el mundo, particularmente en Latinoamérica.

Si bien somos dos países de culturas y costumbres diferentes, lo cual no es impedimento para integrarnos, sí es chocante para los peruanos, respetuosos de la democracia, de los derechos humanos, de la igualdad de todos los seres humanos y la libertad de los individuos a ejercerla sin sojuzgar las de otros y propulsores de relaciones pacíficas y buena vecindad, con un país como el turco antípoda de los valores democráticos y violador sistemático de los derechos humanos, más aún con el antecedente funesto del genocidio al pueblo armenio –en 1915-, en el que asesinaron a un millón y medio de personas, y, asimismo, la eliminación sistemática de la Nación kurda, a la que le niega su idioma, cultura, su país, con continuos crímenes contra sus pobladores.

Por algo el 75% de los europeos está en contra del ingreso de Turquía a la Unión Europea, además de que ha colapsado de denuncias el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Sin embargo, muchos países –no es el caso del Perú- le rinden pleitesía por su futuro poder económico, por estar ubicado estratégicamente en lo militar y por el control del petróleo y gas de Asia central.
Por otro lado, Turquía es intolerante con la libertad de expresión. La propia Mater señaló que “informar sobre los derechos humanos en Turquía puede costar la vida a los periodistas… En Turquía hay asociaciones de derechos humanos que tratan de denunciar muchas realidades, pero a muchas de ellas se las criminaliza por su trabajo y se las tilda de terroristas… En general, los periodistas tienen muchos problemas para informar libremente y muchos de ellos reciben amenazas, son detenidos e incluso asesinados”.
El último informe de Amnesty International expresa que “hay numerosos casos de personas que siguen siendo procesadas por expresar de forma pacífica sus opiniones no violentas, lo que demuestra que el derecho a la libertad de expresión se viola regularmente en Turquía.
Sigue siendo peligroso expresar opiniones disidentes y varias personas recibieron amenazas de violencia por parte de individuos o grupos desconocidos… El ministro de Justicia autorizó el procesamiento del escritor Temel Demirer por unas declaraciones en las que había señalado la responsabilidad del Estado en el asesinato del periodista y defensor de los derechos humanos Hrant Dink, en el 2007. (Si mañana hablara sobre el genocidio armenio en Turquía, me meten preso inmediatamente. Los turcos tienen como política el “negacionismo” –tanto interna como externa- de ese genocidio, a pesar de las irrefutables pruebas históricas).
Nueve niños, todos ellos miembros del Coro Infantil del Municipio de Diyarbakir Yenisehir, fueron acusados formalmente en virtud del artículo 7.2 de la Ley Antiterrorista por cantar un himno en idioma kurdo, entre otras canciones, en un festival cultural. En la primera vista se retiraron los cargos contra ellos, pero seguía vigente una orden de detención dictada contra la directora del coro, Duygu Özge Bayar.
En el sureste de Turquía no se autorizó la fiesta tradicional del Newroz (en kurdo) que marcaba el equinoccio del 21 de marzo y que era celebrada especialmente por la comunidad kurda. Personas que habían participado en manifestaciones no autorizadas eran golpeadas por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
En unas imágenes retransmitidas por televisión pudo verse cómo tales funcionarios maltrataban a C.E., de 15 años, al detenerlo durante una manifestación en la ciudad de Hakkari. Sin embargo, posteriormente un fiscal desestimó la denuncia. C.E. fue procesado por su participación en la manifestación… Asimismo, se reprimió una celebración por el primero de mayo.
Hace pocos meses llegó a Lima, el bisoño diplomático Namik Güner Erpul, como primer embajador turco en el Perú, y lo primero que hizo –siguiendo la tradición de su país de no respetar los derechos humanos y en especial la libertad de prensa- fue enfrentarse al suscrito por haber escrito a favor de la causa armenia y últimamente la kurda, denunciando las atrocidades turcas contra esos pueblos. Lo peor de todo es que está pretendiendo coactar mi libertad de expresión y, además, lo hago responsable si sucede alguna acción que afecte mi integridad física y la de mi familia.
El embajador Namik Güner Erpul debe saber que en el Perú existe una irrestricta libertad de expresión y una democracia plena, lamentablemente no puedo decir lo mismo de su país. Su arrogancia y soberbia es nefasta y sepa que nadie le va a rendir pleitesía. Compórtese como un diplomático y no como un verdugo de la libertad de opinión. Las ideas se combaten con ideas.
(Artículo completo enviado a La Razón)
(*) Periodista. Miembro de la Prensa Extranjera.
Email: sanchez-serra9416@hotmail.com
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Una respuesta a Turquía, violador sistemático de los derechos humanos

  1. Anonymous dijo:

    molaria mas que de vez en cuando pongas tu opinion sobre los temas no solo opiar y pegar las noticias de agencias.

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