Homosexuales kurdos en el día del orgullo gay en Estambul
«Soy kurdo, soy gay y soy libertario». Así se presenta Bawer Çakir, de 30 años. A este activista gay le cuesta ponerse cómodo en el sillón rojo de una de las salas del Departamento de Interior, en Barcelona. Vive en la ciudad desde abril y es uno de los cinco beneficiarios del programa de protección de defensores de los derechos humanos de la Generalitat. Después de su presentación procede a dejar por tierra lo que considera «la fantasía» europea de la tolerancia turca hacia la homosexualidad. «Es fácil ser gay en Turquía si eres turista. Lo que vale es tu dinero. Pero si vives allí te enfrentas al rechazo y a los abusos», explica. Leer más en El País