كوردستان La provincia del Kurdistán en Irán

La provincia de Kordestán, situada al este del país, tiene poco más de 28.000 kms2, comparte 180 kms de frontera con Irak y alberga una población aproximada de 1.600.000 de habitantes. Esta provincia alberga nueve ciudades, Sanandaj (capital), Qorveh, Kamiarán, Mariván, Sarvabad, Bijar, Divandareh, Saqqez y Baneh.

Panorámica de Sanandaj, desde uno de los parques de las colinas circundantes.

De clima relativamente frío y húmedo en la parte norte y templado en la sur, esta provincia se caracteriza por su escarpada orografía, de altas montañas y pequeñas planicies, con verdes valles profundos donde discurren ríos pequeños pero tempestuosos que no se pueden navegar y que hace de por sí una provincia digna de visitar para los amantes de naturaleza, especialmente en primavera.

En este sentido, podemos visitar decenas de arroyos y cascadas repartidos por toda la provincia y además, en Marivan, el turista se puede bañar en el único lago de agua dulce que existe en Irán, el Zerivar.

Lago Zerivar, en Marivan.

Son varias también las grutas naturales, de entre la que debemos destacar la de Karaftu, en Divandareh, que aún siendo natural, ha sido muy alterada su estructura interna con tragaluces, cámaras y corredores hechos y adornados con pinturas por la mano del hombre, que la ha habitado desde la antigüedad. De 750 metros de largo, en ella podemos admirar una antigua inscripción en griego sobre Hércules en una de las cámaras de la tercera planta, con lo que nuestra daremos un matiz arqueológico a nuestra visita turística. Todo ello y el hallazgo en la cuarta planta de esta gruta y fuera de la misma de utensilios y restos piedra tallada testimonian que el lugar ha sido habitado por el hombre desde tiempos prehistóricos.

Cueva de Karaftu.

Pese a los atractivos naturales y a los monumentos históricos que el turista puede ver en esta provincia, lo que más le llamará la atención con toda seguridad será el folclore de sus habitantes el cual merece un epígrafe aparte.

El hecho diferencial reside en esta provincia en el mero hecho de la diferencia étnica y religiosa del resto del país. Mayoritariamente de etnia kurda, los habitantes de esta región hablan su lengua, el kurdo, que es, después del persa, la segunda lengua irania de importancia en cuanto a extensión —Irak, Irán, Turquía, parte del Cáucaso y de Siria—, y profesan el Islam sunní, a diferencia del resto de la población iraní, que son chiíes (exceptuando algunas etnias minoritarias).

Por otro lado, los kurdos visten su propia indumentaria —que en las mujeres destaca por su abigarrado colorido—, tienen sus propios bailes, su propia música y su propio estilo de vida, muy apegado a la tierra y poco urbano, atestiguado por las más 2000 pequeñas aldeas que hay diseminadas por todo el Kordestán.

Mujer kurda con su traje típico

La danza de los kurdos se caracteriza sobre todo por su lozanía y su alegría y el origen de algunos de sus bailes se remontan al período preislámico y están relacionadas con cultos mitraicos.

Pintura de un baile kurdo, de Mahdi Ziadini.

Y, como no hay folclore particular sin una artesanía propia, en la provincia de los kurdos podemos adquirir piezas artesanales propias de la región, entre las que cabe destacar las alfombras de diseño regional, los kilims, tejidos, cierto tipo de mocasines, adornos, cerámica, piezas de barro.

Así, las alfombras de Sanandaj, Afshar, Bijan y Bukán tienen fama mundial y el nombre de estas localidades está asociado más que a una toponimia, a un tipo de alfombras. Pero, si queremos gastar menos dinero, podemos optar por los más económicos kilims, siendo los mejores los de Saneh— localidad de la ciudad de Sanandaj—, con un bello diseño muy influido por el arte de la época safaví, que los hace muy diferentes en estética y belleza de los otros que son elaborados por las demás tribus kurdas.

SANANDAJ

Iglesia

En la capital de Kordestán se puede visitar una iglesia construida muy probablemente por los armenios que en el siglo XVII fueron deportados por el imperio otomano y que se establecieron en esta ciudad.

Su arquitectura es muy similar al de las iglesias de Isfahán, aunque mezclada con elementos locales, como es la fachada y las columnas de ladrillo que sobresalen a modo de relieve.

Iglesia armenia de Sanandaj

Mansión de Moshir Diván

Sita en el antiguo barrio de Sartupuleh, esta gran mansión decimonónica fue construida al estilo persa clásico —con pórticos y grandes entradas— en la era Qayar por un político rico del momento.

La mansión tiene siete patios, cada uno con un surtidor de agua de distinto diseño pero conectados entre sí. El interior del edificio consta de una sala de audiencias precedida de un pórtico hipóstilo con techo de almocárabes.

Mansión de Moshir Diván

Puente de Qeshlaq

Está situado al este de la ciudad. Aunque la fecha de su construcción es incierta, su estilo apunta a que fue construido en la época safaví, es decir, entre los siglos XVI y XVIII.

Puente de Qeshlaq

Santuario de Pir Mohammad

En la plaza de Nobovvat, en lo alto de una colina junto al antiguo cementerio del mismo nombre, se encuentra el santuario de Pir Mohammad, del que se dice que es hijo de Pir-e-Omar, también enterrado en la misma ciudad y que tiene su propio santuario.

Santuario de Pir Mohammad

Los bazares

Sanandaj tiene dos bazares. Uno de ellos es conocido simplemente como el Bazar Antiguo (Bâzâr-e-qadimí) y el otro como Bâzâr-e-Sartopuleh.

Bazar Antiguo.

El primero se construyó inspirado en el que existe en Isfahán, es decir, un bazar en forma de pasillo que rodea una plaza rectangular, aunque fue muy estropeado en los años 20 debido al trazado de nuevas calles que le hicieron perder su estructura original, quedando divido en dos partes, cada una de ellas con su propia denominación. La construcción de este bazar data de mediados del siglo XVII.

El segundo bazar, sito en el barrio del mismo nombre, es menos antiguo y menos vistoso, pues ha perdido gran parte de su esplendor original, aunque todavía sigue en funcionamiento.

KAMIARÁN

Aldea y castillo de Palangán

A unos 15 kms de Kamiarán podemos visitar una de esas aldeas que nos hacen retroceder en el tiempo, con sus casas escalonadas y su castillo, del que quedan restos, donde antiguamente se protegían los lugareños en caso de ataque extranjero. Nos referimos a la pequeña y empinada aldea de Palangán. De este castillo preislámico quedan arcadas, pireos (templos de fuego) y algunos de sus puentes.

Aldea de Palangán, con su arroyo a los pies y su castillo en la cabeza, una combinación digna de visitar.

BIJAR

Castillo de Qam Choqai

A unos 45 kms de Bijar y entre terribles barrancos y precipicios se encuentra el castillo de Qam Choqai, construido en fecha incierta, quizá durante el primer milenio a. C., aunque hay quienes afirman que data del tercer milenio. Por su parecido a algunos restos sasánidas, no faltan quienes lo fechan en este periodo. En cualquier caso, no es de la era musulmana, si bien algunas de las murallas sí datan del Medioevo, lo que indica que durante mucho tiempo ha servido como fortaleza.

Castillo de Qam Choqai

Funete: IRNA (Agencia de Noticias de la República Islámica de Irán).

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