La pasada primavera estuve en Santander, no me gustó el miserable estado de la estatua. Sí entiendo las necesidades naturales de los aves y las palomas pero los actos vandalicos de los gamberros, pues no.
La estatua ya descansará en paz en un museo de la capital cantábra.
Fotos: Zinar Ala
La estatua ya descansará en paz en un museo de la capital cantábra.
Fotos: Zinar Ala